El Gobierno de Brasil ha sido duramente criticado en los últimos meses por la comunidad internacional debido al aumento que la deforestación ha tenido durante la administración de Jair Bolsonaro.
Durante la Cumbre de Líderes sobre el Clima, realizada este 22 de abril y liderada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, se comprometió a eliminar la deforestación ilegal en el Amazonas para 2030.
“Me gustaría destacar aquí el compromiso de eliminar la deforestación ilegal para 2030, con la plena y pronta aplicación de nuestro Código Forestal. Esto reducirá nuestras emisiones en casi un 50% para esa fecha”, aseguró Bolsonaro durante su discurso.
Además, el presidente brasileño pidió inversión internacional no solo para cuidar del ecosistema amazónico, sino a cambio de los “servicios ambientales” que este presta al mundo.
“Tenemos un 84% de conservación de nuestro bioma amazónico, que sólo en los últimos 15 años ha evitado la emisión de 7.800 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera (…) De esta manera, debe haber una remuneración justa por los servicios ambientales que prestan nuestros biomas al planeta, como forma de reconocer el carácter económico de las actividades de conservación”, explicó Bolsonaro.
Además, haciendo referencia al objetivo de eliminar la deforestación ilegal en el Amazonas para 2030, el mandatario afirmó: “Hay que reconocer que se trata de una tarea compleja. Las medidas de mando y control son parte de la respuesta, a pesar de las limitaciones presupuestarias. Resolver esta paradoja es una condición para el desarrollo sostenible de la región, (para la) bioeconomía. Dada la magnitud de los obstáculos, incluidos los financieros, es importante contar con países, empresas y particulares dispuestos. Cooperar en la construcción de nuestro futuro común”.
Antes del inicio de la Cumbre, diferentes ONG como Greenpeace y Open Society, así como varios diputados estadounidenses, se mostraron preocupados frente al hecho de que Biden “dé confianza a un Gobierno empeñado en el negacionismo climático y que considera a la Amazonía y a quienes luchan por su conservación como enemigos”.
En diciembre de 2020, el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (Inpe, por sus siglas en portugués) informó que durante el último año la deforestación en la Amazonía brasileña aumentó 9,5%, hasta llegar a los 11.088 kilómetros de selva arrasada, cifra que no alcanzaba hace 12 años.
La falta de compromiso del Gobierno de Bolsonaro para proteger el Amazonas lo ha puesto en la mira de los países que están invirtiendo en la lucha contra el cambio climático. En febrero de este año, un grupo de embajadores de la Unión Europea le dio un ultimátum al Gobierno brasileño y amenazó con no firmar el tratado de libre comercio con Mercosur (del que hacen parte Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) si no toma acciones concretas para reducir la deforestación en la Amazonía.
Luego, el 14 de abril, el Gobierno de Noruega aseguró que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, debe probar la gestión que hace su Gobierno para proteger al Amazonas, con el fin de reanudar el pago de aportes que realiza el país nórdico para proteger esta región del mundo.
Fuente: Agencia de noticias Anadolu.