Mientras el país supera el 90 por ciento de ocupación hospitalaria, Jair Bolsonaro se aleja de las recomendaciones sanitarias del grupo de asesores creado por su Gobierno para enfrentar el virus.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, marcó distancia con el nuevo ministro de Salud, Marcelo Queiroga, en el primer comité nacional contra la COVID-19, creado una semana atrás con el objetivo de coordinar las acciones para enfrentar el aumento de casos de contagio y muertes por coronavirus.
“Brasil tiene que volver a trabajar. La población tiene que volver a trabajar. […] El hambre mata mucho más que el virus”, aseguró en una rueda de prensa Bolsonaro, luego de rechazar las recomendaciones de distanciamiento social dadas por el comité.
El mandatario habló después de que lo hicieran el ministro Queiroga y el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
“En estos días festivos no puede haber aglomeraciones innecesarias. Es importante llevar una máscara, mantener el aislamiento. Es importante hacerlo. No se desean medidas extremas, así que hagamos esto”, comentó a los medios Queiroga.
Por su parte, el presidente del Senado dijo: “Una sugerencia muy enriquecedora del Ministro de Salud, aprovechar la Semana Santa, que es una fiesta que tiende a estimular la aglomeración, para que el pueblo brasileño se conciencie de que necesita hacer el distanciamiento social incluso durante las vacaciones”.
Sin embargo, Bolsonaro aseguró a los medios que el distanciamiento social perjudica más a la economía que el mismo coronavirus.
“No vamos a resolver este problema quedándonos en casa. Esta política [el distanciamiento] se sigue adoptando, pero el espíritu de la misma era prepararse con camas de UCI, respiradores, para que la gente no perdiera la vida por falta de atención. Ninguna nación puede sostenerse por mucho tiempo con este tipo de política y lo que realmente queremos es volver a la normalidad lo antes posible”, afirmó Bolsonaro.
Fuente: Agencia de noticias Anadolu.