Buenos Aires.- La protesta social por la crisis económica que vive Argentina se agudizó en las calles de Buenos Aires, donde diversas organizaciones entre escaramuzas con la policía, iniciaron un acampe de 48 horas para exigir un plan de emergencia alimentaria ante la creciente inflación.
El centro de la capital se vio hoy alterado por dos focos de protesta, uno en la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo, y otro a las puertas del Ministerio de Desarrollo Social, donde los manifestantes se trenzaron con la policía al iniciar el acampe, que prometen mantener por dos días.
En ambos casos, las movilizaciones son protagonizadas por una veintena de organizaciones sociales, cooperativas de trabajo, colectivos de desempleados y algunas agrupaciones políticas de izquierda.
Su reclamo, al igual que el de otros movimientos que se concentraron en otras ciudades del país, es unívoco: que se declare la emergencia alimentaria, lo que supondría un aumento de las ayudas sociales por parte del Estado, en particular para los comedores comunitario.
También demandan aumentos en los subsidios que cobran los cooperativistas y la creación de puestos de trabajo en un contexto de recesión que ha golpeado el mercado laboral.
«Venimos denunciando lo que sucede en nuestros merenderos y comedores, donde no llegan a tiempo los alimentos. Y los chicos vienen a pedir de comer todos los días», dijo a Efe Silvia Saravia, coordinadora nacional del movimiento Barrios de Pie, una de las organizaciones que este miércoles bloquearon la avenida 9 de Julio, una de las principales de Buenos Aires, donde montaron tiendas de campaña.
Saravia advirtió que la situación social empeoró, con «mucha mayor desocupación», por lo que los presupuestos en materia social «deberían ampliarse dada la emergencia» que vive Argentina.
La protesta registró momentos de tensión cuando un grupo de manifestantes se enfrentó con la policía, que tiró gases lacrimógenos.
Oscar Cuperman, dirigente de la organización coordinadora Unidad Barrial, repudió la «terrible represión» sufrida por las organizaciones y reclamó la «inmediata libertad» del único manifestante detenido por la policía.
«Hay además bastantes heridos. La policía arremetió con todo, con mucho palo y mucho gas», dijo a Efe Cuperman, quien advirtió que, si el Gobierno no da una respuesta, el próximo acampe será de 72 horas y que, si «no hay alimentos a la brevedad», las organizaciones irán a reclamarlos a los supermercados.
Las manifestaciones de protestas se han incrementado desde el empeoramiento de la crisis económica a partir de las primarias celebradas el 11 de agosto, en las que el presidente argentino, Mauricio Macri, que aspira a la reelección en octubre, obtuvo el 31,79 % de los votos, dieciséis puntos por debajo del peronista Alberto Fernández.
El revés electoral del oficialismo cayó mal en los mercados, con un salto del 23,3 % en la cotización del dólar que rápidamente se trasladó a todos precios de la economía, con fuerte impacto en los alimentos y merma en el poder adquisitivo de los asalariados.
El consumo se desplomó, la afluencia a comedores sociales creció y las «ollas populares» en las calles se instalaron como una imagen del reclamo por paliar la situación del tercio de la población argentina que es pobre y el 7,9 % que está por debajo de la línea de la indigencia, de acuerdo a índices oficiales de mediados de este año, ante del recrudecimiento de la crisis
«Hay muchos más chicos que van a comer, incluso ancianos, los padres. Esto ya no se puede frenar. La Argentina está en crisis. Hay una crisis alimentaria y nos están dando vuelta la cara», dijo a Efe Miriam Maldonado, que maneja siete comedores comunitarios en el municipio bonaerense de Tres de Febrero.
Ante la creciente presión en las calles, este jueves la Cámara de Diputados planea debatir un proyecto para prorrogar hasta finales de 2022 la emergencia alimentaria decretada en 2002, una iniciativa impulsada por la oposición y que el oficialismo, pese a las reticencias iniciales, ahora se muestra dispuesto a discutir.
«Si (los legisladores opositores) quieren cambiar y ampliar el proyecto, estaremos disponibles», dijo este miércoles Macri sobre el proyecto, que implica un aumento de al menos un 50 % en las partidas presupuestarias de este año destinadas a públicas nacionales de alimentación y nutrición.
El debate de este jueves se dará en una sesión especial, es decir, sin pasar previamente por comisiones parlamentarias, por lo que para habilitar la discusión se necesita un quórum especial que, dada la actual composición de la Cámara Baja, requerirá la presencia de diputados del oficialista bloque Cambiemos.
De aprobarse este jueves, el proyecto será girado al Senado para su debate. EFE