Este miércoles, el demócrata Joe Biden se juramentó como el 46° presidente de los Estados Unidos de América y durante su discurso le rindió un homenaje a los más de 400 mil fallecidos que ha dejado el coronavirus en el país.
En medio de un inmenso despliegue de seguridad por cuenta de las amenazas para sabotear la ceremonia de juramentación, el presidente de EEUU, Joe Biden, exhortó a los ciudadanos estadounidenses a que se unan «para luchar contra la ira, el resentimiento, el odio, el extremismo, la falta de cumplimiento de la ley, la violencia, las enfermedades, la falta de empleos», entre otros temas.
En el marco de la pandemia del coronavirus (COVID-19), Biden añadió que “este es nuestro momento histórico de crisis, problemas y unidad. Y la unidad es la manera de salir adelante. Debemos enfrentar este momento como los Estados Unidos de América. Nunca hemos fracasado en Estados Unidos cuando nos hemos ayudado de manera conjunta”.
El presidente también pidió un minuto de oración por las más de 400 mil víctimas fatales que ha dejado el coronavirus en el país.
El nuevo jefe de Estado hizo un llamado a superar la polarización que vive el país, la cual considera que se profundizó durante la administración de Donald Trump. En ese sentido, Biden dijo que “la discrepancia nunca debe llevar a la desunión y me comprometo a ser un presidente para todos los estadunidenses”.
Biden destacó que trabajará «por los que me respaldaron y por lo que no me apoyaron (…). Tenemos que terminar esta forma de guerra civil que enfrenta a los republicanos contra los demócratas”.
“Nos vamos a poner en contacto con todo el mundo para enfrentar los desafíos del hoy y del mañana (…) siempre defenderé nuestra Constitución, nuestra democracia y a Estados Unidos. Juntos vamos a construir una historia de decencia, amor, sanación, de grandeza y de bien. Que esta sea la historia que nos inspire”, concluyó el nuevo jefe de Estado.
Normalmente, cientos de miles de personas asisten a la ceremonia cada cuatro años, pero este año se pidió al público en general que celebrara en casa, ya que EEUU continúa sumido en la pandemia del coronavirus.
La seguridad para la ceremonia se incrementó notablemente, con 25 mil soldados de la Guardia Nacional en Washington, DC para asegurar el área, luego de que los partidarios del expresidente Donald Trump irrumpieran en el Capitolio el pasado 6 de enero.
Trump partió de la Casa Blanca temprano este miércoles hacia el estado de Florida. Al no participar en los eventos inaugurales, el saliente presidente rompió con una tradición que encarna la transferencia pacífica del poder en Estados Unidos.
Normalmente, los presidentes saliente y entrante viajan juntos al edificio del Capitolio para participar en la ceremonia de inauguración.
La tradición ha estado vigente «con pocas excepciones» desde 1837, según el Comité Conjunto del Congreso sobre Ceremonias de Inauguración.