Las Fuerzas Armadas y de orden público de Chile libran una «guerra» contra los grupos violentos que han radicalizado una protesta social contra la desigualdad, que se ha cobrado ya diez muertos y que han sembrado de terror las calles de cada vez más lugares del país, con barricadas, incendios y saqueos.
Al presidente chileno, Sebastián Piñera, no le tembló el pulso al expresar que lo está viviendo el país es una «guerra», un conflicto bélico contra un «enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie», como describió a los violentos. EFE.