RÍO DE JANEIRO,— Un total de 38 presidentes de algunas de las mayores empresas brasileñas y multinacionales que operan en el país sudamericano dirigieron una carta al vicepresidente Antônio Hamilton Mourão, para pedir acciones efectivas contra la deforestación en la Amazonía, por su impacto en sus negocios.
«Este grupo sigue con mucha atención y preocupación el impacto en los negocios de la actual percepción negativa de la imagen de Brasil en el exterior en relación a las cuestiones socioambientales en la Amazonía; esa percepción negativa tiene un enorme potencial de daño para Brasil, no sólo desde el punto de vista de la reputación, sino de forma efectiva para el desarrollo de negocios y proyectos fundamentales para el país», dice un fragmento de la carta.
La misiva está dirigida al vicepresidente Mourão porque él preside el Consejo de la Amazonía, un órgano estatal que en principio coordina las acciones para frenar la deforestación en la selva.
Firman el documento los directivos de empresas de diversos sectores, incluido el agrícola y ganadero, como Ammagi, de soja; Marfrig, de proteína animal, y Cosan, de azúcar.
También están en la lista las empresas Klabin y Suzano, de celulosa; los bancos Bradesco, Itaú y Santander; las mineras Vale y Alcoa, la petrolera Shell y empresas tecnológicas, como Microsoft y Siemens.
Las empresas piden un «combate inflexible y amplio» a la deforestación ilegal en la Amazonía y en el resto de biomas brasileños, así como inclusión social y económica de comunidades locales para garantizar la preservación de las selvas.
Hace dos semanas, 29 instituciones financieras que gestionan más de 3.700 millones de dólares en activos pidieron en otra carta que Brasil tome medidas si no quiere poner en riesgo inversiones millonarias.
Según datos oficiales, en junio en la Amazonía hubo más de 2.200 focos de incendio, casi 20% más que en el mismo mes de 2019, y las tasas de deforestación aumentaron en porcentajes similares en los últimos meses.