La historiadora Margarita Durán reconoció y destacó el legado del sacerdote jesuíta Francisco de Paula Oliva, en el Paraguay, quien falleció este lunes a los 93 años, trabajó por muchos años en los bañados.
Expresó que llevó su labor de misionero religioso en defensa por los derechos humanos y las causas sociales. Además, recordó una larga amistad con el Paí Oliva y comentó que el sacerdote hace dos años, enfermó seriamente, pero resistió hasta el último momento, sin dejar de trabajar por los más necesitados especialmente por los bañadenses, campesinos e indígenas.