LONDRES, — Medio millón de residentes en el Reino Unido recibieron la primera dosis de la vacuna del COVID-19 desarrollada por el consorcio Pfizer y BioNTech, según adelantó el primer ministro, Boris Johnson.
El mandatario conservador informó de la evolución del programa de inoculación en una conferencia de prensa televisada que ofreció en respuesta a la crisis en torno a la nueva variante del SARS-CoV-2, que ha llevado a la suspensión de las conexiones internacionales de transporte con el Reino Unido.
«La respuesta internacional, que está llevando la esperanza de la vacuna al mundo entero, está derrotando constantemente al virus», dijo Johnson.
El preparado de la farmacéutica estadounidense y el laboratorio alemán se está administrando prioritariamente, en esta fase inicial, a las personas mayores de 80 años y a las clínicamente vulnerables.
Sir Patrick Vallance, científico jefe del panel de asesores gubernamentales sobre la pandemia (SAGE, en sus siglas en inglés), reiteró que los análisis apuntan a la alta transmisión de la nueva cepa, pero «nada sugiere» de momento que cause síntomas más severos ni sea inmune a los antídotos desarrollados en distintos países.
«La vacuna debería ser tan efectiva», señaló el científico en la rueda de prensa organizada en Downing Street.
El Gobierno tuvo que modificar su plan original de vacunación debido a la complejidad logística relacionada con la conservación, transporte y segmentación del producto de Pfizer y BioNTec, que requiere temperaturas de 70 grados centígrados.
Por otra parte, Johnson dijo que entiende «completamente la ansiedad» de la comunidad internacional, que ha cerrado unilateralmente los puentes aéreos y otras vías de transporte directo con Reino Unido a raíz de la crisis en torno a la nueva variante de coronavirus.
Pero, al mismo tiempo, señaló que el riesgo de contagio de la altamente transmisible cepa «es realmente muy bajo para un conductor sentado solo en la cabina» de su camión.
El primer ministro se refería a la decisión del presidente de Francia, Emmanuel Macron, que prohibió durante al menos 48 horas el paso de transportistas de mercancías por los puertos franceses con servicios de ferry con Inglaterra y por la terminal del Eurotúnel.
Ambos mandatarios mantuvieron una «excelente conversación» telefónica en la que, según Johnson, Macron se mostró «deseoso de arreglar la situación lo antes posible», incluso «en unas horas».
La oposición política y una creciente mayoría de periodistas y expertos británicos acusan al primer ministro de infundir confusión y mermar la confianza de la población con su titubeante estrategia contra el coronavirus y cadena de promesas incumplidas.