La vacuna contra la COVID-19, el reto logístico del siglo

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El 75% de la población mundial tendrá que recibir la vacuna para lograr un efecto protector contra esta enfermedad y por eso los gobiernos se enfrentan a un desafío logístico sin precedentes.

Matt Hancock, ministro de Sanidad de Reino Unido, le dijo a la BBC en noviembre que llevar la vacuna contra la COVID-19 desde la fábrica hasta el brazo del paciente será una “operación logística descomunal». Y es que de acuerdo a un estudio de la revista científica American Journal of Preventive Medicine, solo si el 75% de la población mundial recibe una dosis, la vacuna tendrá una eficacia del 70% para prevenir una epidemia.

Debido a la dimensión que ha adquirido la pandemia, llevar las vacunas a los lugares más apartados del planeta se convierte en un reto logístico que la humanidad no ha vivido. Estos son los frentes más importantes que se deben priorizar para garantizar la calidad y el acceso a la inmunización global.

Transporte y distribución

La necesidad de planear rigurosamente la distribución de la vacuna fue confirmada por el director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo [IATA], Alexandre de Juniac, a través de un comunicado en noviembre.

“La entrega segura de las vacunas COVID-19 será la misión del siglo para la industria global de carga aérea. Pero no sucederá sin una cuidadosa planificación previa. Instamos a los Gobiernos a tomar la iniciativa para facilitar la cooperación a lo largo de la cadena logística para que las instalaciones, los arreglos de seguridad y los procesos fronterizos estén listos para la gigantesca y compleja tarea que se avecina”, mencionó.

Debido a esto, además de las aerolíneas, las empresas transportadoras jugarán un rol vital. Según la empresa de paquetería DHL, 10.000 millones de dosis de varias vacunas deberán transportarse para finales de 2021, lo que implica mover 15.000 vuelos y 15 millones de cajas refrigerantes. Asimismo, la compañía cuenta con 9.000 empleados capacitados para realizar transporte médico sensible.

Mientras tanto, United Parcel Service, Inc. conocida como UPS está construyendo una ‘granja de congeladores’ en Louisville, Kentucky (EEUU), donde podrá almacenar millones de dosis a temperaturas bajo cero, al igual que en su nuevo centro de distribución en Holanda.

Por su parte, la división de FedEx Canadá firmó un acuerdo con el Gobierno Federal para distribuir la mayor parte de las 194 millones de dosis que ya aseguró ese país.

Cadena de frío

 

A mediados de este año, centros de investigación y universidades centraron todos sus esfuerzos en crear ventiladores de fácil acceso, mientras las Unidades de Cuidados Intensivos colapsaban en varios países debido a los pacientes críticos de COVID-19. Hoy los trabajos se concentran en crear refrigeradores capaces de llevar a todas partes la vacuna contra esta enfermedad.

Si la cadena de frío falla, la vacuna puede dañarse e incluso, contaminarse con bacterias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de las vacunas producidas en el mundo son desperdiciadas por cortes en la cadena de frío o problemas de transporte.

Por ejemplo, la vacuna de las empresas Pfizer y BioNTech debe mantenerse en un almacenamiento ultrafrío de cerca de -70º C.

Para eso desarrollaron una caja con hielo seco, que será monitoreada con sensores de temperatura y GPS, que mantendrá los -70º C durante 10 días. Una vez descongelada, la vacuna puede almacenarse durante cinco días entre los 2 y 8 °C.

Según el manual de estrategias de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos [CDC], el manejo de la temperatura debe ser tan estricto que “solo se puede abrir la caja contenedora una o dos veces al día”.

Hay que recordar que cuando el hielo seco se derrite, emite dióxido de carbono, y que este convierte las cabinas de los aviones que lo transportan en potencialmente inseguras para las tripulaciones. Por eso muchas aerolíneas y transportadoras usaron la pandemia de H1N1 en 2009 para aprender aún más sobre este componente mientras equiparon aún mejor sus aeronaves para el almacenaje en frío o, como el caso de FedEx, instalaron máquinas que pueden producir hielo seco.

Por su parte, la firma estadounidense de biotecnología Moderna ha afirmado que su vacuna puede ser almacenada a -20°C y que puede durar un mes en condiciones normales de refrigeración, por lo que muchos expertos aseguran que sería una gran candidata para vacunar a las comunidades que viven más alejadas de los centros urbanos.

Otra candidata a vacuna que luce prometedora para los países en desarrollo es la de la empresa farmacéutica británica AstraZeneca, que requiere un almacenamiento de 2 a 8°C. Sin embargo, el trabajo de las organizaciones internacionales y los Gobiernos en esos países es doble para lograr instalar refrigeradores de vacunas que funcionen con energía solar, equipos de refrigeración móviles y fuentes de electricidad confiables.

“Hasta el momento y partiendo de la disponibilidad de vacunas, la cadena de frío es un gran desafío de la logística sobre todo de los países pobres con una amplia zona rural donde ni siquiera hay electricidad. Adicionalmente, la disciplina de los usuarios será un tema complejo pues la vacunación deberá ser programada para poder descongelar las dosis y garantizar que no se desperdicien”, asegura a la Agencia Anadolu William Aristizábal, presidente de la Clínica Medical y de la Unión de Instituciones Prestadores de Salud o IPS de Colombia, Unips.

Además de los fabricantes de refrigeradores y hielo seco, en la cadena de frío hay otros ganadores: los fabricantes de gases para condiciones de frío extremo como la empresa francesa Air Liquide cuyas acciones subieron 10% en noviembre y las de su rival Linde que ganaron un 16%.

Control

 

La distribución de la vacuna también afronta desafíos como la escasez, la falsificación, la contaminación y la especulación.

Las empresas contratadas para el almacenamiento y la distribución deben tener sistemas efectivos para controlar, rastrear y monitorear sus inventarios y asegurarse de realizar auditorías exhaustivas.

La revista Scientific American consultó a Julie Swann, profesora de la Universidad de Carolina del Norte y especialista en cadenas de suministros en el área de la salud, sobre los retos de llevar las vacunas a toda la población estadounidense y una de sus conclusiones apunta a la falta de comunicación entre los sistemas que tiene cada laboratorio y los de cada estado.

“Existe un sistema para solicitar y enviar vacunas, pero no dice nada después de que una vacuna ha llegado a un lugar. Luego, cada estado usa su propio sistema para registrar quién recibe la vacuna, que se denomina registro de inmunización. Estos dos sistemas no se comunican entre sí, por lo que sin la adición de otro nivel, es difícil para los estados controlar la existencia de las vacunas”, asegura la experta que trabajó con los CDC durante la emergencia de H1N1 en 2009.

El Mecanismo COVAX, firmado por 142 países y la OMS, es una de las herramientas más importantes para garantizar la correcta distribución de la vacuna. Esta organización tiene grandes victorias en su programa de precalificación para evaluar la seguridad, la calidad y la eficacia de las vacunas que son distribuidas por la Alianza Mundial de Vacunas en Ginebra, Suiza. El programa se implementó en 2001 para mejorar el acceso a medicamentos para el SIDA, la malaria y la tuberculosis, y en 2019 se utilizó para acelerar la adopción de la vacuna contra el ébola.

De hecho las enseñanzas de varios países africanos frente a la distribución de la vacuna contra el ébola, que dejó más de 11.000 personas muertas desde 2016, han permitido un rápido desarrollo de la vacuna contra la COVID-19, y se espera que problemas de manufactura y patentes sean superados para darle un acceso universal.

Vacunación en Colombia

En Colombia, la vacuna contra la COVID-19 será llevada a todos los ciudadanos de forma gratuita a través del Programa Ampliado de Inmunización [PAI], establecido desde 1974 gracias a un esfuerzo internacional para erradicar enfermedades como la Tuberculosis, la Hepatitis B y el Sarampión.

Hoy el país cuenta con una bodega de más de 2000 metros cuadrados y 12 metros de altura, ubicada en la Zona Franca de Bogotá donde el Gobierno puede almacenar las primeras 10 millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19. La infraestructura de red de frío está compuesta por dos cuartos fríos con temperaturas de 2 a 8°C, y un cuarto de congelación de -15 a -25° C, cada uno con controles de temperatura externos.

Esta infraestructura permitirá el almacenamiento de hasta 48 millones de dosis que después serán enviadas a cada secretaria de salud en las poblaciones del país para garantizar la cadena de frío.

Es el Ministerio de Salud el que adquirirá las vacunas e insumos y los distribuirá a las entidades territoriales de salud para que estas las entreguen a las instituciones de salud encargadas de aplicar las vacunas a toda la población.

De igual forma, el presidente colombiano, Iván Duque, señaló que nadie se va a quedar sin una atención oportuna en el sistema de vacunación, porque Colombia tiene la ventaja de ser ‘campeón’ en América Latina en términos de inmunización, un logro reconocido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Aunque el reto logístico para el Gobierno es enorme, llevar la vacuna desde las gigantes farmacéuticas hasta nuestros brazos es una misión que también debe involucrar al sector privado, el comercio y el sector educativo.

El Gobierno tendrá que informar muy bien a los ciudadanos sobre los riesgos y los beneficios de la vacuna, mientras esta es priorizada en los grupos poblacionales con mayor riesgo de contagio.

Fuente: Agencia de noticias Anadolu.