Esta mañana comenzará a definirse en la sede de Conmebol, una batalla de intereses en pos de determinar que finalmente sucederá con la revancha de la final de la Copa Libertadores, frustrada, dicho sea de paso.
A las 10, en la ciudad de Luque, en las afueras de Asunción, con las presencias de los presidentes, tanto de River, Rodolfo D’Onofrio; su par de Boca, Daniel Angelici y la máxima autoridad del organismo sudamericano, Alejandro Domínguez, quienes volverán a reunirse luego del bochornoso episodio del día sábado y lo ocurrido el día domingo.
“Boca irá por todo”, anticipó una fuente del club antes que su presidente viaje a Paraguay acompañado del vice segundo, Darío Richarte y el secretario Cristian Gribaudo, donde ya lo esperan el jefe de Legales del club, Mariano Claria, y todo su buffet de abogados.
Los de La Ribera se basan en dos artículos del reglamento de la Conmebol para reclamar la descalificación de River, entendiendo que este episodio es de similares características al ocurrido en mayo de 2015 cuando Boca resultó marginado de los octavos de final de la Copa en el Superclásico del gas pimienta.