Don Osvaldo contagió rebeldía a un público que vibró ante la energía del Rock

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La banda argentina Don Osvaldo, en su parada en la ciudad de las siete colinas el sábado 31 de agosto pasado en el Polideportivo del Sol de América, contagió rebeldía a un público fiel deseoso de sentir y vibrar ante la energía y el mensaje rockero que recibió a lo largo de las más de dos horas de show.

El octavo mes del año, se despedía de una manera poco ortodoxa porque en el Barrio Obrero, no estuvo presente Valentín Alsina, pero si la noche tuvo su sabor a Ricota y la muchachada munida de banderas y otras alegorías al grupo no dejó de corear las canciones que se sucedieron en ese abrir y cerrar los ojos (momentos únicos para el fan que solo él puede sentir el misticismo musical de su canción preferida).

Los primeros temas que iniciaron el popular salto del público y el cántico de cada uno de los presentes, fueron Ciegos, Barrilete, Vasos sin Fondo/ Un Lugar Perfecto, Rotos y Descosidos, Mis Latidos, El Reto, Vaivén. Además se tuvo como plus y fue el momento más nostálgico de la noche, los covers de Callejeros, 9 de julio, Otro viento mejor, Ilusión.

Con la primera parte del concierto, el testigo que llegó hasta la «capital del sentimiento», quedó con más ganas de rememorar a la esencia y raíz de Don Osvaldo. Por lo que llegaron las siguientes canciones, La Llave, Cristal, Algo Peor, algo mejor, Prohibido, Sé que no sé, Una nueva noche frías, El nudo, Sí me canse, Rebelde, agitador y revolucionario. Y se sumaron los temas propios, Lo que se dice y lo que se hace, Misterios, Dos secas, Acordate, La comodidad.

La parte final, el tiempo que el público no quería que suceda, la despedida de los músicos que a esa altura, presentaron lo mejor de su set list, porque fusionaron lo actual con el recuerdo, ese semblante que solo ellos con sus fans de todas las edades conocen porque pasaron años de recibir ese dedo acusador de un fuego que les fue eterno.

Don Osvaldo culminó la jornada con O no, Tanto de todo, Puede y los covers de Callejeros para la algarabía, Puede, y Morir.

En síntesis, el trapo traído desde lo ancho y largo de nuestro país, más el recorrido que cruzó la frontera desde el norte argentino, hizo que la jornada se encienda como aquella llama que emite la fuerza con la nostalgia para que el fiel seguidor cargue su energía y deje el recuerdo plasmado en su hemisferio sur para cuando cierre el ojo, lo cante toda su vida.

La agrupación está integrada por Patricio Santos Fontanet: Voz y coros, Álvaro Puentes: Guitarras y coros, Christian Torrejón: Bajo, Gabriel Geréz: Piano y teclados, Juan Falcone: Percusión, Leopoldo Janin: Saxos, Luis Lamas: Batería y percusión.

Tienen en su haber, la producción de tres discos en estudio, tales como

– Casi Justicia Social (2015)

– Casi Justicia Social II (2019)

– Flor de Ceibo (2022), también disponible en formato vinilo.

La banda llegó a Paraguay en el marco de su gira por la región para presentar su último trabajo, Flor de Ceibo.