El Ministerio de Salud presentó unas preocupantes estadísticas, y es que en nuestro país persisten los sucesos trágicos provocados por accidentes de tránsito. Según la cartera de Estado, en el primer semestre del año fueron 248 personas las fallecidas en un percance vial, de las cuales el 77% de los afectados es del sexo masculino. El mayor número de víctimas se dio por choque, considerado la principal causa de siniestralidad. La motocicleta es el principal vehículo involucrado en siniestros viales.
Los datos surgen de un reporte de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV) a través de la Dirección de Observatorio Vial, Estadísticas y Registro de Datos, 8 más con relación al año anterior. De cada 10 personas fallecidas, 9 eran del sexo masculino.
El mayor porcentaje de víctimas fatales en ese periodo se observó en la franja de 18 a 29 años, que contabilizó 71 fallecidos, seguido del grupo de 30 a 39 años, con 36 fallecidos. De acuerdo al informe, el 66,9% de los decesos se dio por causa de choque, 12,9% por atropellamiento, 9,3% por caída de motocicleta, mismo porcentaje se verifica en casos de decesos por vuelco y 0,8% por roce y caída de pasajero, respectivamente.
Momentos de ocio registran mayores accidentes
El mayor volumen de accidentados y fallecidos del primer trimestre de 2023 se verifica en el mes de enero, que arroja, 1.278 lesionados y 245 fallecidos.
La mayor ocurrencia de siniestralidad en el primer trimestre de este año se reportó los fines de semana, 48 los días sábados y 44 los domingos.
La motocicleta es el principal vehículo involucrado en siniestros viales
Corresponde al 75% de las personas atendidas. Entre los motociclistas lesionados, el 53% se encontraba sin casco.
El exceso de velocidad, el adelantamiento indebido, el uso de elementos distractores (celulares y auriculares), consumo de alcohol, la imprudencia de conductores y peatones, así como las calles en mal estado, son algunos de los principales factores de los siniestros viales.
A esto se suma el irrespeto a las normas de tránsito y, en ocasiones, el propio desconocimiento de ellas, conducen a potenciar el riesgo de accidentabilidad en las rutas y en la pérdida de vidas humanas.